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puede reunir todos los conocimientos que ha adquirido, se aprovecha de los consejos del tiempo pasado para elevarse á un grado de perfeccion, cuya naturaleza y límites es dificil indicar. Así el poner trabas á los medios que deben conducirle á este estado es no solamente un crimen ácia el hombre, sino tambien ácia la naturaleza, cuyas bené ficas disposiciones se contrarían.

Algunos legisladores de la antigüedad, y todos los modernos, parece que han abrazado una opinion diametralmente opuesta á este principio; pues en vez de examinar al hombre, primero por la parte fisica, y despues por la moral, solamente le han considerado bajo este último aspecto. ¿Será acaso efecto de esa cruel' fatalidad que frecuen temente nos hace ir á buscar la felicidad lejos de los lugares en que se encuentra, ó porque los gobiernos temiesen que el caracter de los hombres se hiciese mas indepen diente de lo necesario? ¿Pensaban por ventura aquellos legisladores que propagando falsas doctrinas, y colocando al hombre en una esfera que no le convenía, encontrarían mas docilidad en el individuo á quien con sus leyes habian reducido á la miseria? ¿O habrían especulado tal vez sobre las desgracias, los desórdenes y los delitos?

La tierra no ha perdido aun su fecundidad primitiva, y vemos sin embargo ancianos, mugeres y niños que se mueren de hambre: no desdeña el brazo del cultivador, y los campos de una grán porcion del globo estan incultos: no se han agotado los tesorós de la tierra ni los vegetales; no se han extinguido las razas de los animales que pueden servir de alimento al hombre; y á pesar de todo los gobiernos y los hombres no tratan sino de adquirir metales que no pueden satisfacer ninguna de las necesidades de la vida.

Los libros estan llenos de disposiciones para castigar los delitos, las leyes hechas, abiertos los calabozos, levantados los cadalsos y prontos los verdugos; pero ¿dónde se encuentran las sábias medidas que los ponderados amantes de la humanidad, los go biernos que ser preciam de paternales han to mado para impedir el crimen y cerrar los calabozos? ¿Dónde las precauciones benéfi cas que hagan inútiles los patíbulos y destierren los verdugos? ¿qué se ha hecho para estorbar que los pueblos y los hombres se despedacen mútuamente?

03 Por el contrario se ha procurado introducir la discórdia entre los pueblos; el asesi nato se ha transformada en virtud, y el robe

en noble audacia. Se ha hablado á los hombres de sistemas religiosos y políticos, y se les ha encargado que se aborrezcan unos á otros: así se ha visto á católicos, mahometanos, calvinistas &c. detestarse mútuamente, y perseguirse y destrozarse sin conocerse; al Egipto pelear contra sus reyes por sufrir el yugo de los cómplices de Psametico, é inmolar en seguida á estos para volver á tener reyes; se ha visto, en fin,árlos romanos degollarse entre sí para someterse sucesivamente á reyes, decemviros y emperadores. *. Despues de haber fatigado al hombre con una multitud de sistemas, se ha dirigido su imaginacións ácia las ideas especulati yas, y desde entonces se ha desconocido á sí mismo, el delirio ha ocupado el lugar de la razon, y victima de la necesidad, y alimen tándose siempre de vanas quimerás se ha hecho el mas feroz de todos los animales.

Estos desórdenes son demasiado grandes para poderlos precaver todos; sin embargo la legislacion puede disminuir su número, y se conseguirá en parte un objeto tan impor tante sentándola sobre sus verdaderas bases, y considerando al hombre primero con relacion á sus necesidades físicas, y luego con respecto á las morales; y esto es lo que trato de probar, prosto n'h eolas e ith and th cli

Se debe considerar al hombre bajo dos aspectos; como animal, y como ser racional ó inteligente. En el primer caso sigue la suerte de todos los demas animales, y nada le puede desviar del verdadero fin á que le impele el órden invariable de las cosas. En el segundo será todo lo que las leyes quieran, con tal que esten fundadas en un conocimiento exacto de sus necesidades, facultades é inclinaciones.

En cualquier clima que consideremos á la especie humana, y cualquiera que sea la division que hagamos de sus razas, la vida del hombre tiene en todas partes cinco épo❤ cas, que son la infancia, la juventud, la edad viril, la vejez y la decrepitud; y alimentarse, guarecerse de la intemperie, vestirse y multiplicarse son las cuatro necesidades que le aquejan durante estos periodos.

La perfeccion de la legislacion, por lo que respecta á lá naturaleza física del hombre, consiste pues en determinar el modo de satisfacer completamente sus necesidades. Estas estan subordinadas á la poblacion, cuyo acrecentamiento haciendo cada vez mayor el círculo de los consumidores, dá un nuevo motivo al trabajo, una fuerza nueva á la industria, y un nuevo estímulo al genio de las artes útiles. En efecto, la inteli

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gencia del hombre se aumenta á medida que la sociedad es mas numerosa y está unida por vínculos mas estrechos; y así como cada cual contribuye con una porcion de sus facultades físicas á que se aumente la fuerza del cuerpo social, del mismo modo cada cual con sus facultades morales contribuye al desarrollo de una inteligencia mayor y mas general. Por lo cual deteniendo los progresos de la poblacion se limita la inteligencia humana, y protegiéndola se dirige al hombre á su perfeccion y á toda la dicha de que es susceptible.v sup El hombre tiene necesidades naturales, y se crea otras él mismo. Las primeras tienen sus límites, pero las segundas no conocen ninguno. Para satisfacer unas y otras emplea el hombre las producciones de la naturaleza solamente é éstas ayudadas del arte. u sb of

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1. Esta distincion nos conduce á la clasificacion de los pueblos, primero en pueblos cazadores y pescadores que se mantienen úni, camente de las producciones de la naturaleza, tales como la carne de los animales acuáticos y terrestres segundo, en pueblos pasto res que constituyen el primer grado de perfeccion para la poblacion, porque desenvuelven medios contínuos de produccion y re

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