do, elevado, y por decirlo así, aucupatorio, que te sorprehenda y arrebate, á que por solo el Prólogo te arrojes á formar concepto de la obra que me atrevo á presentarte, porque no quisiera que despues, si acaso no llenase tu idea ó tu expectacion, tuvieses que reformarla y arrepentirte de haber formado concepto con ligereza, y por solo el boato de un Prólogo. En este me veo precisado á darte una idea de lo que es la obra; y yo que nunca tuve mania de Autor, ni pensé en ello, ni ménos en sorprehenderte á un juicio y concepto anticipado, creo bastará para que le formes con algun arreglo, y despues no te lleves chasco, el referirte aquí el principio, modo y medios con que se fué organizando la obra, y con que sin pensarlo me vine á hallar, como de repente, Autor he

cho y derecho, y metido como de gorra en el número de los que escriben; cosa que al considerarlo me empezó á hacer temblar; pero me infundió despues algun ánimo el acordarme de aquello que habia leido en Horacio:

Scribimus indocti, doctique poemata passim (1).

Vamos pues con la referencia del suceso, que es con lo que pienso llenar el dificultoso paso de este Prólogo. Paseándome solo una tarde de las de Pasquas de Navidad del año de 1795, entregado como iba á mi imaginacion, y llevándome esta de unos objetos en otros, me vino la idea del viage y jornada que los Reyes nuestros señores disponian hacer á la Ciudad de Bada

(1) Horac. Epistolar. lib. 2. epistol. 1. v. 117.

.y

joz, Capital en el dia de la Provincia de Extremadura, y desde allí á Sevilla y Cádiz, cuyo viage se emprendió verificó desde el Real Sitio del Escurial el dia 4 de Enero de 1796: tras de esta especie me fuéron acometiendo otras muchas, que me llevaban embelesado, y el resultado de todas fué el acalorarme en la idea del engrandecimiento y honor que recibia la Provincia de Extremadura con la visita y presencia de nuestros Augustos Soberanos, y que en su Ciudad Capital debia manifestar su júbilo, lealtad y afecto, esmerándose en los adornos y decoraciones que hiciesen mas magestuoso el recibimiento; y pasando de aquí á la reflexion de que entre ellas podrian tener lugar, y contribuir á hacer mas magnífico el aparato las producciones del ingenio,

y los epígramas y versos latinos, alusivos al objeto y al engrandecimiento del Excelentísimo Señor Príncipe de la Paz, empecé á revolver en mi imaginacion, y se me presentaron en ella algunas ideas y especies sobre que poder formar algunos epígramas y empresas; y arrebatado de este entusiasmo y de la reflexion de que, siendo yo hijo de aquella Provincia, y caviéndome mucha parte en su engrandecimiento, debian cooperar al mas digno aparato, y ser uno de los que consideraba se desvelarian en la invencion y formacion de produccio

nes,

alusivas al asunto, llegué en esto á mi posada, acalorada con estas especies mi imaginación; y sin embargo de que me detenia mucho el reflexionar que hasta entonces nun

ca habia probado mis fuerzas á la

.

versificación latina; con todo, atropellé, y me hizo atropellar este embarazo el amor á mi patria, y el deseo de que esta manifestase dignamente el suyo, y la mas obsequiosa gratitud y respeto á nuestros Soberanos, y encerrándome en mi estudio, así en caliente, y sin dexarlo enfriar, empecé á hacer rasgós, y á expresar en el papel las ideas y especies que en el paseo habia concebido. Quando llegó la hora de la cena me ha1lé forjados diez entre epígramas y empresas en dísticos latinos: al dia. siguiente, acordándome del consejo de Horacio (1), y considerando que su formacion habia sido precipitada, y para ella me habia rascado poco

In versu faciendo

(1) sæpe caput scaberet, vivos et roderet ungues. Horat. Lib. 1. sat. 10. V. 71.