Page images
PDF
EPUB

cenas, donde tuvo ocasion de contraer relaciones de la mas íntima amistad con Ovidio, Horacio, Tibulo, Cornelio Galo, Virgilio y otros escritores, que constituian aquella gran falange de sábios que son la mayor gloria y el ornamento mas precioso de aquel afortunado siglo. Algunos críticos le hacen severos cargos por haber adulado tanto al matador de su padre: tal vez los beneficios recibidos borraron de su alma generosa la memoria de los agravios.

El mismo nos cuenta que fué de estatura baja y de salud sumamente delicada. Amó con gran ternura á Hostia ú Hostilia, á quien celebra en sus composiciones con la denominacion de Cintia, uno de los sobrenombres de la casta Diana. Esta jóven poetisa, tan célebre por sus talentos como por su belleza prodigiosa, fué en opinion de todos los biografos la que le inspiró sus mas apasionadas composiciones. Dotada de un exquisito gusto y de una perspicacia sin igual, no se avergonzaban de consultar con ella sus poesías los cantores mas eminentes, entre los cuales se contaban Cornelio Galo, Horacio y Virgilio. Propercio tuvo el sentimiento de verla morir en la flor de su edad. No se sabe si la sobrevivió muchos años, pero se calcula que la siguió al sepulcro al cumplir los cuarenta de su edad.

Los mas de los críticos elogian á porfía las obras de Propercio, si bien sus opiniones suelen variar algo, al compararle con los demás poetas. El juicioso Quintiliano no se atreve á fallar entre él y Tibulo. «Entre nuestros elegiacos, dice aquel sábio español, Tibulo me parece de un estilo sumamente pulido, y de una extremada elegancia; algunos dan la preferencia á Propercio: el estilo de Ovidio es menos comedido que el de los dos, y el de Galo menos flexible.>> Citando Quintiliano en primer término á Tibulo, parece inclinarse mas á su favor, pero es lo cierto que deja la cuestion sin decidir.

El 5 de Junio de 1723 se descubrió en Spello (el Hispellum de los antiguos) la tumba de Propercio con la inscripcion siguiente:

SEXT. AUREL.
PROPERT.

SEXT. F. LEM

Esto es: «Sexto Aurelio Propercio, hijo de Sexto de Lemonia.» Con tal motivo, un escritor nacional quiso demostrar que nuestro poeta habia nacido en Spello, siendo esta la octava poblacion de Umbría que lo reclamaba por hijo suyo, como en Grecia se habian disputado siete ciudades la patria de Homero. Pero si bien este descubrimiento prueba casi con evidencia que murió en Spello, no prueba igualmente que hubiese nacido en aquella villa, siendo la opinion mas probable la de que vió la luz primera en Mevania ó Bevagna, como arriba dijimos.

QUINTO CURCIO RUFO.

Nada absolutamente se sabe con certeza acerca de la vida de este célebre historiador latino. Se ignora el lugar de su nacimiento, los destinos que desempeñó en la república, la época en que floreció y hasta el lugar donde le sorprendió la muerte, pues cuanto sobre esto se dice, carece de sólido fundamento. Tal escasez de noticias, tratándose de un escritor tan distinguido, es tanto mas reparable cuanto que, como observa la Mote, citado por el marqués de Corpa, ni Quintiliano, ni ninguno de los antiguos hicieron la menor mencion de él, ni de su historia; cosa muy extraña en quien no dejó de nombrar historiador alguno de su consideracion en el Libro X de sus Instituciones, escritas bajo el imperio de Domiciano; silencio que solo es dispensable presupo

niendo que no se habia aun publicado en su tiempo la obra de Quinto Curcio.

Algunos creen que el cantor, mas bien que historiador, de las conquistas y proezas del Rey de Macedonia es el mismo Curcio Rufo de quien habla Tácito en los capítulos XX y XXI del Libro XI de los Anales. A falta, pues, de otros datos mas seguros que poder comunicar sobre este punto á nuestros jóvenes lectores, vamos á trascribir las palabras del escritor citado.

Despues de manifestar que Curcio obtuvo del Emperador Claudio los honores del triunfo por haber descubierto una mina de plata en el territorio de Maguncia, dice así en el Capítulo XXI: «Por lo que hace al origen de Curcio Rufo, no ha faltado quien diga que fué hijo de un gladiador. Nada relataré de fabuloso, por mas que me cueste repugnancia creer lo que se tiene como cierto. En su juventud siguió al Cuestor á quien cupo en suerte gobernar el Africa. Un mediodía que estaba paseando sin testigos en el solitario soportal de Adrumeto, se le apareció una mujer de estatura sobrehumana, la cual le dijo: Rufo, tú serás un dia el procónsul de esta provincia. Esta prediccion alentó sus esperanzas; y con la actividad de su carácter y las intrigas de sus amigos consiguió la Cuestura de vuelta á Roma. Protegido por el príncipe, obtuvo despues la pretura en concurso con otros candidatos de la nobleza; y queriendo Tiberio echar un velo sobre lo bajo de su cuna, se expresó de este modo: Creo que Curcio Rufo es hijo de sus obras. Llegó á una edad avanzada; aduló constantemente á los poderosos, fué arrogante con sus inferiores y esquivo con sus iguales. Obtuvo el consulado, los honores del triunfo, y últimamente el gobierno de Africa donde murió, cumpliéndose de esta suerte el pronóstico fatal.» (1)

(1) De origine Curtii Rufi, quem gladiatore genitum quidam prodidere, neque falsa prompserim, et vera exsequi pudet. Postquàm adolevit,

No se conocen mas obras de Quinto Curcio Rufo que su Historia De rebus gestis Alexandri Magni, escrita en diez Libros, de los cuales se han perdido dos, el principio del sexto, y algunos lugares del décimo. A pesar de los defectes que como historiador le achacan respetables críticos, y de los cuales han procurado defenderlo, no siempre con la mejor fortuna, sus apasionados, no puede negarse que su diccion es pura, castiza y elegante, sus descripciones pintorescas y llenas de poesía, su estilo florido, y su lectura muy á propósito para agradar, interesar y divertir el ánimo.

SALUSTIO.

Cayo Crispo Salustio nació en Amiterno, ciudad considerable del país de los Sabinos en el Abruzo, el año 668 de la fundacion de Roma, en el sétimo consulado de Mario y el segundo de Cornelio Cina. Hijo de un clima áspero y duro, y educado en Roma en medio del lujo, del fausto y los placeres, su carácter participó de esa mezcla de vicios y virtudes que forman como el distintivo particular de aquel siglo. Tuvo ideas muy exactas de lo bueno y de lo malo, pero los ejemplos perniciosos que rodearon á su juventud en aquella

sectator quæstoris, cui Africa obtigerat, dùm in oppido Adrumeto, vacuis per medium diei particibus, secretus agitat, oblata ei species muliebris ultra modum humanum, et audita est vox: «tu es, Rufe, qui in hanc provinciam pro consule venies. Tali omine in spem sublatus, digressusque in urbem, et largitione amicorum, simul acri ingenio, quæsturam, et mox nobiles inter candidatos, præturam principis suffragio assequitur; quum hisce verbis Tiberius dedecus natalium ejus velavisset: «Curtius Rufus videtur mihi ex se natus." Longa post hæc senecta, et adversus superiores tristi adulatione, arrogans minoribus, inter pares difficilis, consulare imperium, triumphi insignia, ac postremò Africam, obtinuit, atque, ibi defunctus, fatale præsagium implevit. Tac, Ann. L. XI, Cap. XXI.

capital corrompida ejercieron una grande influencia sobre sus costumbres. En sus discursos truena contra el vicio, pero su vida práctica no fué un modelo de virtud. Cierto es que tuvo muchos enemigos interesados en desacreditarlo; mas aun dando por supuesto que habrá mucha exageracion en sus apasionadas críticas, algunas de las acciones de Salustio justifican la mala opinion que de él nos ha quedado en órden á su conducta; dando al mundo un nuevo ejemplo de esa lamentable contradiccion entre las palabras y las acciones que no es raro, por desgracia, encontrar en talentos de primera magnitud.

Era aficionado al dinero, no con la pequeñez del avaro, sino con el desórden del pródigo, siendo una de sus máximas favoritas la de que «el oro encerrado en la gabeta no vale mas que el escondido en una mina desconocida.>> Así es que sus disipaciones lo llevaron muy pronto al extremo de tener que vender la casa paterna. Tuvo inclinacion á la política y á los negocios de estado, arrastrado por los dos poderosos móviles de la ambicion y del deseo de crearse un nombre ilustre. Con esta mira se consagró con preferencia al estudio de las bellas letras y de la historia, y se declaró abiertamente partidario del pueblo en la lucha de las dos facciones que por entonces desgarraban la república. A los veintisiete años obtuvo el cargo de Cuestor, siendo Cónsules Pison y Gabinio. Por entonces formó el proyecto de escribir la historia de Roma, no seguidamente, sino recogiendo los hechos mas capitales y dignos de memoria. A este fin se asoció con el célebre gramático Ateniense Ateyo Pretextato, profesor de elocuencia en Roma, y á quien se dió el nombre de el Filólogo por la extension de sus conocimientos. Nombrado tribuno del pueblo, fué excluido del senado por causa de adulterio y despues de mil vaivenes y contrariedades en su azarosa vida, consiguió la pretura de Numidia, que le valió inmensas riquezas, si bien adquiridas malamente por la crueldad que desplegó en la exaccion de los

« PreviousContinue »